Cuando estás aprendiendo a ser asesora de imagen y una personal shopper decente; lo mejor que te puede pasar es que tu amiga te diga que hay un concurso para hacer estilismos y que te tienes que apuntar. Y sin pensarlo dos veces, tu amiga y en este caso una servidora, se apuntaron.
Lo hicimos porque pensamos que era complicado que nos seleccionaran, pero nunca perdimos la ilusión. Así fue, que ni nos leímos las bases.. Y encima resulta que salimos seleccionadas. De risa.
Nos citaron un día antes del concurso para “ir de compras” y preparar los estilismos. Entonces, emocionadas nos miramos las bases del concurso y descubrimos que el estilismo había que hacerlo sobre una misma y desfilar con el mismo en un Centro Comercial.
Es en ese momento, cuando te da la risa floja, los nervios comienzan a apoderarse de tu mente, y tu cerebro te dice que “eres una chica mona, del montón, pero que para modelo como que no”. Pero qué te crees que hicimos Cami y yo? Pues tomar aire y seguir para adelante. Habíamos dado nuestra palabra de ir y dar un paso atrás era de cobardes y sobre todo, de poco profesional.
Y de pronto nos dimos cuenta, que la organización había elegido a mujeres y hombres de la vida cotidiana y que allí no había ningún modelo/a.. Total, que finalmente todas las chicas, armadas de valor, elegimos nuestro “outfit “ y que el sábado por la tarde, tendríamos que defender en la pasarela. Al look que llevásemos había que darle el toque de día y de noche a través de la imaginación y de los complementos que cada una eligiese y combinando los colores pantone de la temporada.
Así fue como el sábado estábamos todas puntuales para que la peluquería y el maquillaje dieran el remate definitivo al look de cada chica.
Como buena “jaenistica” que soy; estaba nerviosa, pero “en mi salsa” haciendo “los percales” que me gustan y que no hubiera sido posible sin el equipo que organizó este evento y todo el concurso; ya que nos trataron como unas reinas a todas las concursantes. Siempre con una sonrisa y un consejo amable para que no nos pusiéramos nerviosas y desfiláramos de la manera más tranquila y elegante a la vez. Son simplemente geniales.
Aunque otro gran apoyo, fue el que nos dimos unas a otras. Es difícil que personas desconocidas que con edades y vidas diferentes, queden unidas una tarde para dar lo mejor de sí mismas y hacer que la de al lado no se derrumbe. Sinceramente, daba pena acabar el desfile y que tres participantes quedasen eliminadas.
Todas lo hicimos estupendamente y yo quedé clasificada para la siguiente fase. Así es que en este caso no morí en el intento…
CLAVES PARA NO PERDER LA CALMA
- Confiar en tu intuición. Te sentirás segura pensar que las “corazonadas” no son fruto de la casualidad, confía en ti misma y en tu corazón.
- Defiende a capa y espada lo que te haya tocado lucir. Da igual lo que sea. Sal, desfila y créete que vas vestida con oro puro.
- Sonríe siempre. Eso hace que la actitud sea positiva y que la posibilidad del derrumbe no figure en ningún lado de tu mente.
- Respira antes de salir; mueve las manos y los brazos. Tu mente pensará que estás en un “estado normal” y sin tensión y además liberaras carga física y emocional
Estoy deseando, que llegue la siguiente fase… porque lo bien que me lo paso de “shopping” y la tarde que paso de risas con las compañeras… no tiene precio…